“Creo en la dimensión espiritual del
hombre”
Apunto a lo universal en el hombre,
dejando de lado particularidades y localismos,
para concentrarme en ese aspecto metafísico de la
existencia humana.
La dualidad, característica de nuestro mundo material,
está sugerida por el contrapunto blanco-negro y
rondando la imagen,
como sobrevolando estos
paisajes imaginarios,
la idea del origen divino del hombre, su procedencia
cósmica.
Para aquellos que conocen mi obra anterior y quizás se
sorprendan ante el giro tomado en ésta y para quienes la abordan por primera
vez, quiero hacer un breve comentario sobre su génesis.
Se trata de una serie de tintas realizadas a lo largo de
varios años, a veces en simultaneidad con obras que respondían a otros planteos
y temática.
Todo comenzó cuando, durante una serie de charlas con Blas
Vidal sobre mi obra, me propuso hurgar en mis imágenes inconscientes.
La técnica empleada,
“el punto” como único recurso, tuvo por objeto adentrarme en un proceso de concentración donde su repetición
continua fuera como la repetición de un “mantra“, permitiéndome así ingresar en una especie de
meditación.
Fue un trabajo lento, obsesivo, de una gran entrega y
sacrificio, un “camino de iniciación”.
La intención, un proceso de introspección, un camino de
búsqueda espiritual, de acercarme a mi
silencio, a mi interioridad, a ese mundo
más allá de mi consciente, a ese “otro
lado de mí misma”.
"Epifanía" - 22,5 x 31 cm. Tinta.
"El mensajero" - 24,5 x 21 cm. Tinta.
"El encuentro" - 20 x 16 cm. Tinta.
"La manifestación " - 28,5 x 21,5 cm. Tinta.